Todo empezó una tarde lluviosa, las cosas parecían normales... las calles congestionadas y húmedas...veo por la ventana a una chica vestida de negro, mojado y se ha tornado transparente… Quiero preguntarle su nombre, pero la ventana me lo impide.
Una luz tenue ilumina su torso semidesnudo y su piel erizada...hago lo posible por no caer en la tentación de salir a la oscuridad de la calle, de empaparme ; pero no lo logro, y salgo sin un paraguas o impermeable detrás de ella. Le digo que pase a mi casa. Es pequeña, en la sala se puede ver una chimenea.
Lo único que nos mantenía con la mente lejos del frío de la calle era el calor que nos brindábamos mientras nos abrazábamos frente a la chimenea
Había una pila de dólares muy cerca al sofá. Se deshizo tan rápido mientras caíamos al piso, y no hubo tiempo para pensarlo dos veces.
Quería tenerla allí, para siempre, dentro de tanto dinero, con tanto calor.
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