jueves, 22 de septiembre de 2011

Un corazón de plata



Tenía un corazón de plata, de esos que la gente prefiere atesorar en un estuche de terciopelo para no estropearlo... y de todas formas, lo entregaba y se lo daba a cada persona que entraba a su vida, ya que las mejores cosas hay que compartirlas, y demostrar tus sentimientos de las mejores maneras posibles.

Tenía la mala fortuna de terminar golpeado el corazón. Algunas veces la gente lo veía tan brillante, tan hermoso, que lo cubría de tierra y barro. Temían que fuera mejor que los corazones que ellos tenían; y terminaron por despreciarlo, y dejarle apartado del resto del mundo.

Ahora, el corazón, tan sucio, golpeado y estropeado, andaba a media marcha. pero aún así, la plata podía resplandecer de manera absurda y casi imposible a los ojos de algunos incrédulos. Había un problema: ella, con su corazón de plata, sólo estaba dispuesta a guardarlo y esconderlo para siempre; para ser como una persona "normal", y ser aceptada de nuevo en el mundo que le rodeaba.

Chica tonta. Gracias a esconderse, y no dejar ver sus sentimientos tejidos con hilos de plata, murió sola y confundida. Cuando fueron a su casa para ordenarla, y recoger sus objetos personales, encontraron un estuche de terciopelo de color azul turquesa, en el cual sólo quedaba un espacio vacío... sus sentimientos se fueron cuando ella lo hizo. El corazón de plata se había desaparecido.



Freakysita, buscando un estuche azul.

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