Cada vez que abro mi lonchera de tejidos para mis muñecas Blythe, con los mini accesorios esta pregunta salta de algún lugar de mi casa, o de alguien que curiosamente anda cerca. Si, aún hago vestidos para muñecas y me gusta... no los hago para venderlos o para mi hermanita menor (ya que no tengo una) sino porque me atrae el poder compartir algo con cinco niñas que no me juzgan, que solamente se dejan vestir y hasta algunas veces (así me sonroje) se dejan contar muchas cosas, pensamientos e historias que a nadie más en el mundo puedo decir.
¿Qué cosas para no poder decirle a nadie más en el mundo?
Muchas. Desde el por qué quisiera llegar a ser una abuelita con el cabello morado, o por qué me gusta pasar las tardes de lluvia pensando en algo más que banalidades como más de un conocido (a). Ellas a diferencia de la gente me escuchan sin refutarme o juzgarme. Con sus cálidas miradas me doy cuenta que puedo contar con ellas cuando el mundo me falla. Pues si, mis muñequitas pequeñas... de bolsillo que me acompañan de vez en cuando a alguna de mis aventuras. Ellas si me escuchan y me dejan claro que el mundo a pesar de perder el encanto en muchas ocasiones, va a seguir de pie al día siguiente.
Prefiero que me vean como una soñadora, o hasta inmadura. Prefiero coser vestidos de muñecas en tarde lluviosas como ésta... a pasar mi tiempo con desconocidos que solamente están contigo por interés o por morbo al querer enterarse de algún chisme de tu círculo de amigos. Esa es mi realidad: soñar con que soy una Blythe y alejarme del mundo en general.
Freakysita, queriendo ser una muñeca.
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