viernes, 2 de diciembre de 2011

Pigmea



Y ella era algo así como una criatura pequeña y menos preciada. Una especie de humano pigmeo, tan pálida y sin gracia, que la gente sólo le tenía en cuenta cuando, por accidente, ella salía a caminar con un vestido rosa chillón.

Débil, delicada, delgada, difícil de convencer, dispuesta a perderse entre la multitud, distante y dolorosamente solitaria; llevaba veintitrés años sin poder encontrar a un amigo de verdad.

Un día enfermó gravemente, y no pudo salir a caminar. Contempló a través de la ventana con sumo cuidado, al cielo gris. Empezó a llover. Y cerró sus ojos para siempre...

Nadie nunca más la volvió a ver, o si quiera, extrañar.




Freakysita, queriendo perderse en la multitud.

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