Débil, delicada, delgada, difícil de convencer, dispuesta a perderse entre la multitud, distante y dolorosamente solitaria; llevaba veintitrés años sin poder encontrar a un amigo de verdad.
Un día enfermó gravemente, y no pudo salir a caminar. Contempló a través de la ventana con sumo cuidado, al cielo gris. Empezó a llover. Y cerró sus ojos para siempre...
Nadie nunca más la volvió a ver, o si quiera, extrañar.
Freakysita, queriendo perderse en la multitud.
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