El tiempo pasa volando. Hace días que no escribo, no tanto por la falta de inspiración, sino por el poco tiempo libre (a pesar de volver a la búsqueda de trabajo).
Pues bien. Tengo que admitir que el libro no avanza. Que cada día que pasa hay más motivos del por qué escribirlo, pero carezco de algo clave para poder seguir plasmando tantos detalles y personajes en un lugar: un lugar adecuado para respirar con tranquilidad y menos interrupciones desagradables por parte de algunas personas que me llegan a rodear día tras día.
Y si, el desorden del estudio, las tareas pendientes y las visitas indeseadas hacen que no sea muy fácil el poder concentrarme en mi libro, en sacar adelante por lo menos un par de capítulos más y poder cumplir con ese sueño que tenía Cindy desde el colegio de poder contar muchas cosas de manera adecuada para futuras generaciones.
Trato de encontrar ese ingrediente en mi cotidianidad para poder seguir adelante con esta historia. El no encerrarme en un pasado colegial, pero escribir acerca de él... ¿Es posible? Sigo en el proceso, y me encuentro con un tanto de desilusiones al darme cuenta que no soy la misma muchachita del cole, pero que aún me falta demasiado para ser un ser humano integral. es extraña la sensación...
Por lo pronto, estreno un computador... para ver si así las ideas pueden ser mejores... Tomo aire y me preparo para volver a abrir un documento en el procesador de textos en el que la hoja en blanco es uno de los menores temores por ahora.
Freakysita, buscando fuerzas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario